¿Acaso de las heridas y traumas de la infancia?, ¿de una relación que no te satisface?, ¿de un trabajo que no disfrutas?, ¿de la rutina de tu vida? ¡Libérate! Tira ya esa carga en la que guardas resentimientos. Deja de culpar a otros y a tu pasado por lo que no marcha bien en tu vida. Cada mañana, al abrir los ojos, naces de nuevo, recibes otra oportunidad para cambiar lo que no te gusta y para mejorar tu vida.
¿Qué te tiene paralizado?, ¿el miedo al rechazo?, ¿al éxito?, ¿al fracaso?, ¿al que dirán?, ¿a cometer errores?, ¿a estar solo? ¡Rompe ya las cadenas que te has impuesto! A lo único que le debes tener miedo es a no ser tú mismo, a desaprovechar esta oportunidad de mostrarte a otros, de decir lo que piensas, de compartir lo que tienes. Los errores del pasado ya han sido olvidados, y los errores del futuro serán perdonados. Ese juez que te reprocha, ese amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo! Ya perdónate, sólo tú puedes lograrlo.
¿Cuándo vas a demostrar tu amor a tus seres queridos? ¿Acaso cuando te queden unos minutos de vida? El amor que no demuestres hoy se perderá para siempre. Recuerda que la vida es tan corta y tan frágil que no tenemos tiempo que perderla en rencores y estúpidas discusiones. Hoy es el día de perdonar las ofensas del pasado y de arreglar las viejas rencillas.
Y por último, ¿qué estás esperando para empezar a disfrutar de tu vida? ¿Que se arreglen tus problemas? ¿Que se te quiten todos tus traumas? ¿Que alguien reconozca tu valía? ¿Que llegue el amor de tu vida? ¿Que todo te salga como tú quieres? ¿Que se acabe la crisis económica? ¿Que te suceda un milagro? ¿Que por arte de magia todo sea hermoso y perfecto? ¡Despierta ya, lector, lectora!, ¡Esta es la vida!
La vida no es lo que sucede cuando tus planes se cumplen, ni lo que pasará cuado tengas lo que deseas. La vida es lo que está pasando en este instante. Tu vida en este momento es leer este Chocolate Caliente, donde quiera que lo estés haciendo y con las circunstancias que te rodean ahora. Ahora mismo tu corazón lleva sangre a las células de tu cuerpo y tus pulmones oxígeno a donde se necesita. En este momento algo que no podemos comprender te mantiene vivo y te permite ver, pensar, expresarte, moverte, reír, ¡hasta llorar si quieres!
Si te preguntas ¿Quién soy yo para decirte todo esto? Te contestaré: No soy nadie, simplemente una versión diferente de lo que tú eres. Otro ser humano más entre miles de millones, que ha decidido ser libre y recuperar todo el poder de su vida. Espero que tú también decidas hacerlo.
Tomado del libro: El Esclavo.
Autor: Francisco J. Ángel Real.
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