No hay atajos contra el dolor que sentimos casi constantemente. Durante cierto tiempo quisiéramos encontrar la varita mágica para saber cuándo desaparecerá ese gran dolor insoportable y cuando estará nuestro ser querido otra vez a nuestro lado para llevar la misma vida que teníamos antes juntos. Pero esto ya no es posible, y aceptarlo será el gran logro de nuestro camino por el duelo.
En fechas señaladas como el primer cumpleaños, Navidades o el aniversario del fallecimiento, sentiremos gran dolor y creeremos no poder resistirlo. Intentemos vivir el día a día sin hacer demasiados planes para el futuro afrontando los problemas cuando lleguen, no antes.
El cansancio, la pérdida de memoria y la falta de concentración mejorarán gradualmente y poco a poco la intensidad del dolor se atenuará. Algunos días estaremos mejor que otros, no tengamos prisa, pero tampoco nos quedemos estancados. Es imposible que nadie lleve el dolor por nosotros pues es intransferible, ¡pero no tenemos que hacerlo en soledad!.
Todos sabemos que la vida jamás será la misma tras la muerte de nuestro hijo, la pareja, la madre o hermano... en definitiva de nuestro ser amado, pero saber también que...
Ayudas para mejorar
Una gran ayuda es el apoyo y comprensión de otras personas que han vivido la misma experiencia y al transmitir después nosotros también, nos será devuelta con creces. Esto es, la mutua ayuda.
Con esta actitud y elección de vida honraremos a nuestro ser querido. Por su recuerdo y amor nos ofrecen la oportunidad de llevar los desde nuestro corazón a los demás. Será un modo de llenar nuestra vida, vacía tras su marcha, al compartir con otros que sufren nuestra sabiduría, fuerza y ese Amor que sentimos ¡interminable! por ellos.
Estos serán los nuevos pilares que ayudarán a reconstruir ese futuro, ahora incierto, de nuestra vida, nuestra familia y de aquellos a quienes ayudemos.
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