Según un reciente estudio realizado por el servicio de Rehabilitación del Hospital San Agustín, el 24% de los pacientes con fibromialgia siente menos dolor tras practicar Tai-Chi como terapia.
El objetivo del estudio «era evaluar el beneficio que el aprendizaje y la práctica de Tai-Chi puede provocar sobre un grupo de pacientes de fibromialgia controlados en el servicio». En noviembre del 2012 se comenzó a trabajar con el primer grupo, y el periodo de análisis finalizó en junio de este año. El estudio y posterior análisis fue desarrollado por el jefe del servicio de Rehabilitación del Hospital San Agustín, Miguel Jiménez, y las médicos adjuntas Rosana Navarro e Iratxe Isusi. Las clases de Tai-Chi corrieron a cargo de José Luis Monforte González, coordinador del estudio Chan Yuan y representante en Asturias de la Asociación Cultural Chang Chuen, que colaboró de forma desinteresada.
Para el estudio se seleccionó una población de 50 pacientes: 25 continuaron con la actividad habitual que se realiza con los fisioterapeutas y los otros 25 recibieron clases de Tai-Chi. La prática consistía en una hora al día, dos días a la semana y durante dos meses y medio, divididos en clases de ocho participantes.
El jefe del servicio explica que el dato más significativo fue que «el 24% de los pacientes del grupo de Tai-Chi que finalizaron el tratamiento tuvieron menos dolor», lo que, según el especialista, abre una nueva posibilidad a la hora de recomendar tratamientos a los pacientes.
De los 25 pacientes que recibieron clases de Tai-Chi, 15 terminaron el tratamiento, lo que supone un índice de abandono del 44%. En el otro grupo el abandono fue del 40%, por lo que el equipo sostiene que «los problemas de adherencia, que son habituales, también aparecen en este seguimiento».
El estudio pretendía medir dos variables. Por un lado, la percepción de dolor que tenían los pacientes antes y después del tratamiento, y también en qué grado ese dolor mermaba sus capacidades diarias. Las variaciones no son significativas en el segundo parámetro, pero de los 14 pacientes que terminaron el tratamiento con taichi «el 50% tenía un sentimiento de mejoría tras acabarlo, mientras que el otro grupo seguía prácticamente igual después de las sesiones».
El estudio, por tanto, concluye que «el Tai-Chi es más efectivo para mejorar el dolor que los ejercicios convencionales que deben realizar los pacientes con esta patología
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