miércoles, 19 de junio de 2013

HAY DOS NIVELES PARA LOGAR EL CAMBIO

Hay dos niveles para lograr el cambio:

1. El nivel de cambio personal o desarrollo humano
2. El nivel de realización espiritual


El Nivel de cambio personal

Tienes que borrar el programa pasado y regrabar otro, igual que en una cinta magnética, y esto no se logra en un día, o por leer un libro, o por asistir a una conferencia, esto lleva tiempo, hasta que de tu subconsciente automáticamente afloren las reacciones positivas con las que tú tienes que enfrentar los sucesos diarios de tu vida.

Cuando aprendiste a manejar. Eras todo nervios. Pensabas en todos los mecanismos de tu auto y en los tuyos. Todo esto salpicado con dosis de temor y excitación. Sin embargo, ahora te subes a tu carro y sorteas innumerables situaciones peligrosas durante cientos de kilómetros diarios, y nunca piensas ni cómo lo echaste a andar.
El auto ya no es auto, es una extensión de ti, y has dejado al subconsciente la tarea de manejarlo.
Pero lo anterior nadie lo enseña, son ideas exóticas, tú debes prepararte para ganarte la vida. ¡Oh! la vida es muy dura. Todos quieren perjudicar al otro. De manera que tienes que prepararte para tener una Capacidad máxima de perjudicar a los demás.
Te 'escogen' una carrera donde Puedas hacer esto con todas las ventajas, O te dicen que tú heredaste de tu padre o tu abuelo las cualidades para ser ingeniero agrónomo, aunque tú sientas que a ti te gustaría ser violinista, y así te conviertes en un agrónomo mediocre, en un médico o en un abogado 'transa".
Pero en esto no piensas, en ese momento tu capacidad de rebelión se ha ido perdiendo y la fuerza de la opinión pública cada vez pesa más en ti, de tal forma que piensas que tal vez tengan razón. Decides olvidar tus sueños de Quijote y pones los pies en la tierra Para luchar a brazo partido con la vida y hacerte un “triunfador” ante los demás para orgullo de tus padres y parientes. Sales de la universidad o de la Profesional con tu título en la mano, a buscar chamba.
Después de tanto estudiar sales a alquilarte al precio que los demás te pongan, Porque eso te enseñaron tus Profesores:
“Tú vales lo que los demás dicen que vales”.

En esencia eres un viejo antes de tiempo, viviendo en el pasado, confundido con el presente, asustado por el futuro, muy parecido a los "maestros" que te formaron.

Estás en el umbral de la vida pero no sabes quién eres, no te das cuenta dónde estás y menos como fue que llegaste ahí. Tu futuro es incierto pues lo más probable es que no tengas metas definidas.

TU vida productiva está condenada a valorarse por comparación con los que te rodean. El enorme potencial que yace en ti va a ser Ignorado, básicamente por ti mismo, de manera que jamás te darás oportunidad de desarrollarlo plenamente. Y por desgracia, algún día, tal vez demasiado tarde, te preguntes por fin: ¿Para qué serví?, ¿que fue lo que pude haber hecho?

La tragedia de la vida consiste en que la mayoría de nosotros morimos sin haber nacido totalmente.
Pero en ti todavía está prendida la llama de la grandeza. En algunos es llamita. El amor llama a tus puertas. La única clase de amor que creemos entender: es el que sentirnos por otra persona del sexo opuesto.
Conoces a una persona del sexo opuesto por la cual sientes una gran atracción y te enamoras. ¿Qué sientes?, o más bien, ¿qué sentiste en esa época de tu vida?
Todo era bonito, te atreviste a tomar tu pincel, tus colores, y pintaste un paraíso en el que viviste con tu amor por un lapso maravilloso. La llama de la grandeza se hizo hoguera, te sentiste capaz de lograr las más grandes hazañas, como don Quijote por Dulcinea, te volviste alegre, dicharachero, bailador, te despertabas pensando en ella, vivías tu día pensando en ella, y te acostabas pensando en ella. Te quiero decir que si nunca, siquiera por un amor juvenil, Viste la vida tan hermosa y llena de amor, entonces sí que estás perdido.
Quisiste ser cada día más digno del amor de tu pareja, y te diste cuenta que era necesario que fueras grande y aflorara en ti, toda la maravilla que eres.
Pero en muchos casos nos engañamos, le mostramos durante el noviazgo a la otra persona, no lo que somos, sino algo que nos gustaría ser, y la hora del día que la vemos, tratamos de que sea nuestra mejor hora. ¿Pero que pasa con las otras 23 horas?
La vida esta hecha de días de 24 horas, de manera que muchas veces al casarnos y al conocer las otras 23 horas de nuestro cónyuge, se nos cae esta imagen de grandeza que teníamos, y el amor se acaba y ENTÉRATE eso es recíproco!!!
Nosotros mostramos también nuestras otras 23 horas, y el amor que nos impulsaba hacia la grandeza se esfuma. Nuestra hoguera vuelve a ser una llamita, y nuestra vida se hace rutinaria como la vida de papá y mamá, o de los demás matrimonios amigos nuestros. Nos soportamos para no vivir solos.
El ser humano no fue creado para vivir solo. Por eso, a pesar del tedio nos soportamos, tratando, si no de ser felices, cuando menos de pelearnos el menor número de veces, pero viviendo juntos. Nos da miedo no tener a nadie, básicamente porque no nos tenemos a nosotros mismos.
La dramática rutina empieza a repetirse con nuestros hijos, que muchas veces a pesar de nuestra voluntad, nacen, porque también es esa materia los demás nos dicen como y cuantos debemos tener. Yo creo que en esos momentos cuando muchos hombres y mujeres se rinden, ahí llegan al final, el resto de sus vida no es vida, es sobrevivir.

Ahí mucha gente muere espiritualmente.

Ahí es donde sin remedio se acomoda por decisión y por convicción al rebaño.

Por fin se ha convencido que forma parte de el, y que la única manera de hacer esta vida mas soportable, es nunca separarse de el. Fin de una vida. Fin de un alma creada para ser grande, para conquistar la tierra, para ser feliz y amarse a si mismo, amar a Dios y sus semejantes.
Aquí termina el reto a la grandeza y empieza a asomar el lobo, con todas las debilidades que también tenemos. El águila muere y vive el lobo, con su cobardía, su agresividad, su envidia y, sobre todo, con su tremendo afán de destrucción.
En el mundo habrá menos envidia el día que tengas contigo al que nunca has tenido: a ti mismo. Pero…
¿quien eres TU mismo?

Muchas de tus reacciones negativas son producto de una búsqueda equivocada de compañía, por eso tan desesperadamente tratamos de tener la aceptación de los demás.
No queremos estar solos.
Queremos que nos escuchen.
Queremos con desesperación que nos amen.
Andamos en busca del amor en todos lados, menos donde debemos buscarlo.
Queremos que los demás nos digan Tú VALES, para no sentirnos tan miserables y tan poca cosa como nos sentimos.
Nos confesamos buscando perdón de una culpa que no sabemos de donde procede, y nuestra alma continúa angustiada.
¿Dónde está la fuerza? ¿cuál es el motor que impulsa a algunos seres humanos a encontrar el camino verdadero? ¿Cómo consiguen algunos la paz interior que todos anhelamos?
Todos quisiéramos proyectar actitudes positivas, armoniosas, conciliadoras.

El Nivel de realización espiritual

Quisiéramos proyectar paz, saber escuchar, saber callar. Ser como un remanso tranquilo en medio de la gritería y el ruido.

¿Cómo podemos adquirir esa sabiduría? Esa fuerza está en ti. Proviene de ti mismo, de lo más profundo de tu cuerpo, pero es que tu cuerpo no solamente la figura física, sino es una estructura mucho mas compleja y jeraquizada, mas allá de la mente, están otros cuerpos, que no conoces, y más adentro hay un cuerpo esencial, que es el corazón de toda tu estructura, ese ese el corazón del cual se habla constantemente, este es el corazón místico, el que da y provee la vida, el verdadero cuerpo de cada uno y de todos.

Este corazón, eres Tú, tu mismo, el perenne, el eterno, el verdadero hijo de Dios, su semejanza e imagen perfecta-

N A M A S T É.

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