En realidad el hombre no nace , ni muere , el alma entra en el vientre de la mujer donde toma de sus productos para materializar su cuerpo , pero no es la mujer el motivo del nacimiento , si no el deseo del alma de adquirir un cuerpo material.
“la Vesica Piscis”. La Matriz Cósmica para los “soles” del Creador: los hijos e hijas cocreadores. También es el Cáliz Cósmico del cual las Partículas Adamantinas de la Luz del Creador fluyen hacia el universo a través de los grandes Rayos Cósmicos.
La Vesica Piscis, la Llama Triple y la Llama Violeta del Séptimo Rayo
La Era del Séptimo Rayo y la Llama Violeta actúan como un punto detonante para la iniciación de nuestro proceso de ascensión evolutiva, por medio del cual la llama triple de la Consciencia Divina acelera dramáticamente su influencia directa sobre la Tierra y la humanidad. Al acelerar, ella gira en espiral elevándose en frecuencia, creando la fusión en las Llamas Azul y Rosada alrededor de la Llama Dorada central. Esta acción en espiral resulta en un mezcla de las Llamas Rosada y Azul, creando el Sagrado Fuego Violeta: una alquimia divina por medio de la cual todas las energías discordantes e inarmoniosas pueden ser transmutadas o transformadas en substancia de fuerza vital positiva. Esta purificación es necesaria para que nosotros, los hijos e hijas solares o “soles de luz”, podamos una vez más atraer hacia nosotros las Partículas Adamantinas de la Luz del Creador a través del resplandor de nuestro Dios Padre y nuestra Diosa Madre.
Los dos círculos entrelazados crean el símbolo de nuestro Dios Padre y nuestra Diosa Madre unificados como los dos aspectos primordiales del Supremo Creador, con la Matriz Cósmica de la Creación, la Vesica Piscis, en el centro. Este símbolo está codificado en lo profundo de nuestra Célula Divina de Núcleo Diamantino, y cuando se le activa con las Partículas Adamantinas de la Luz del Creador, se convierte en una resplandeciente Llama Triple.
El Arcángel Miguel nos dice que el antiguo dibujo de la Llama Triple fue apropiado para su momento; sin embargo, no era una representación verdadera de lo que el símbolo representa realmente, ni era exacto el dibujo. La humanidad no estaba preparada para la explicación completa; sin embargo, ayudó a los que estaban en el sendero a darse cuenta de que hay un escudo etérico impreso a través del área de la parte superior de nuestro pecho que contiene las energías de los tres Rayos de Dios.
El círculo de la derecha es de un azul iridiscente (o azul brillante) para nuestro Dios Padre; el círculo de la izquierda es de un rosado iridiscente (o rosado brillante) para nuestra Diosa Madre, y la tercera sección del centro (que es el símbolo de la Vesica Piscis), la Matriz Cósmica de la Creación, es de un color dorado.
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