Espíritu - Alma - Personalidad
• Por: El Alquimista
Muchas personas no conocen la diferencia entre espíritu, alma y personalidad. A continuación realizamos un resumen de lo que nos enseñan la mayoría de las religiones, escuelas esotéricas y filosóficas de todos los tiempos:
Personalidad: es el vehículo energético de manifestación que le sirve a nuestra alma para tejer, de instante en instante, nuestra existencia. La personalidad nace, se desarrolla y muere en el tiempo-espacio de cada una de nuestras vidas. Necesitamos de la personalidad para expresarnos, para comunicarnos, para transitar en el camino de la vida sembrando cada momento nuestro destino. Al nacer nuestro cuerpo físico, también nace nuestra personalidad y se va desarrollando mediante tres fuentes de manifestación: 1. La educación que recibimos, 2. El medio ambiente en el que nos desenvolvemos y 3. La paulatina incorporación de los valores que traemos de nuestras vidas pasadas. Estos valores inconscientes o conscientes son aquellos que nosotros hemos creado en nuestras vidas anteriores en función a la forma como hemos vivido, cada instante, hasta el momento del último ocaso de nuestra existencia pasada y constituyen nuestra verdadera herencia. Por el contrario, en el caso de nuestros cuerpos físicos los factores de herencia los canalizan nuestros padres de cada vida, que son los elegidos por la ley universal para dotarnos el vehículo físico que nos merecemos, para que se cumpla el destino que nosotros mismos hemos trazado.
Nuestra vida está compuesta por periodos de tiempo en los cuales como días y noches vamos desenvolviendo el hilo de nuestra existencia inmortal por la eternidad. Una vida es solo como un día de nuestra vasta existencia. El espacio de tiempo entre vida y vida es como la noche en la cual nuestro espíritu descansa para retornar en otro día de existencia, en otro cuerpo y con otra personalidad adecuada a su tiempo. Como hemos vivido nuestra existencia anterior (día pasado) depende como viviremos la presente. Somos los únicos arquitectos de nuestros destinos, los únicos responsables de lo que sembramos. Cosechamos lo que sembramos. Por lo tanto desarrollemos una personalidad, que sea un fiel vehículo de manifestación del alma desarrollada en paz para que exprese amor, llena de mansedumbre para que exprese comprensión, llena de paciencia para que exprese felicidad, llena de humildad para que exprese sabiduría.
Alma: siendo energética, es todo ese conjunto de valores positivos o negativos, atributos, capacidades, poderes, deseos, pasiones, temores, defectos y virtudes que somos en realidad de verdad. Lastimosamente nuestra alma es más tinieblas que luz, más inconsciencia que conciencia, más defectos que virtudes, más ignorancia que sabiduría, debido a que los edificadores de todos los tiempos, con su ejemplo, nos han enseñado con mayor frecuencia estos valores. Realmente no sabemos quiénes somos, El hombre, en si no tiene verdadera Alma. Sólo fabricando alma establecemos un principio permanente de conciencia dentro de nosotros mismos. Aquel que tiene Alma vive consciente después de la muerte. El Alma puede ser creada con la acumulación de energías más sutiles, que el organismo produce, y su cristalización a través de supremos esfuerzos para hacerse auto-consciente en forma total y definitiva. Desgraciadamente, el hombre, gasta torpemente estas energías en apetencias, temores, ira, odio, envidia, pasiones, celos etc. Es urgente crear la voluntad consciente; es indispensable someter todos nuestros pensamientos y actos al juicio interno. Sólo así podemos crear eso que se llama Alma. Necesitamos auto-conocernos profundamente para crear Alma. El Maestro Jesús nos dijo: "En paciencia poseeréis vuestras almas". Por lo tanto desarrollemos conscientemente nuestras Almas para verdaderamente poseerlas y ser concientes de quienes somos. El mismo Maestro nos da la clave: "Experimentad la verdad y ella os hará libres". ¿Y qué es la verdad? - Es la expresión del espíritu en nosotros mediante el desarrollo de las virtudes esenciales, es la manifestación de la conciencia de nuestro Ser.
Espíritu: es la chispa divina residente en nosotros, la causa y origen de nuestra existencia, una semilla de Dios en nosotros, esperando que concientemente la hagamos germinar para que se desarrolle plenamente dando sus frutos magníficos que son las virtudes universales. Como dijo el maestro Jesús: "Los que nacen del espíritu, comienzan inmediatamente a rendir los frutos del espíritu en servicio amante a sus semejantes. Y los frutos del espíritu divino cosechados en la vida son: servicio amante, devoción altruista, lealtad valiente, justicia sincera, honestidad esclarecida, esperanza infinita, confianza incondicionada, ministerio misericordioso, bondad infalible, tolerancia clemente, castidad prístina y paz duradera".
Hagamos que nuestro espíritu se auto-realice plenamente dentro de nosotros, desarrollando amor y sabiduría en función de la creación de un alma nueva al servicio de los valores eternos mediante la expresión del Cristo Intimo en nosotros, que es el maestro interno que cada uno de nosotros posee y que está esperando a ser levantado, resucitando en nuestras vidas, transformándolas totalmente en manifestaciones de paz, alegría, plenitud y felicidad inagotable. O cultivamos alegre y conscientemente el Jardín del Edén en nuestras vidas o nos precipitamos tristemente, por nuestra inconsciencia, al abismo del Infierno, ¡de nosotros depende!
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