LA AUTOESTIMA EN LA ESPIRITUALIDAD
Durante años la gente me ha preguntado cómo comulgan la espiritualidad y la auto-estima. Mi respuesta es simple y directa: el espíritu es el conductor de nuestra vida en el mundo personal físico, nuestra alma; la auto-estima es el vehículo que el espíritu conduce, nuestra personalidad, nuestra estructura psicológica, nuestro ego personal.
Cuando el vehículo (la persona) está compenetrado con su conductor (el espíritu), el viaje de la vida es suave y agradable. A diferencia de la metáfora que he expuesto para explicar las relación entre la espiritualidad y la auto-estima, nuestra situación es otra muy distinta.
La realidad es que el vehículo (la persona) es una unidad de pensamientos, deseos, emociones y actitudes animadas e independiente, es una fuerza con mucho poder que se alimenta de todos los estímulos que recibe del medio ambiente que le rodea, creando así un individuo, en la mayoría de los casos, difícil de educar y controlar, nuestro ego psicológico.
Por lo tanto, el vehículo o la persona es la que no está en comunión con su conductor, el espíritu.
Para educar y controlar a la personalidad humana existen diferentes maneras sencillas, que si se llevan a cabo, el vehículo animado, nuestro ego psicológico puede educarse y manejarse de tal manera, que el espíritu pueda usarlo para cumplir con el plan original que todos tenemos asignados durante el tiempo en que vivimos en esta tierra.
Anexo tienen 7 sencillos pasos para elevar a la personalidad, los cuales yo mismo utilicé antes de hacerlos públicos, ahora forman parte de mi vida diaria, se los receto a mis pacientes, se los enseño a mis alumnos y ahora los comparto con ustedes.
Que los disfruten y les impulsen a educar, controlar y a elevar a su personalidad, que al final, es la única con la que siempre compartirán toda su vida.
1.Darse cuenta de las cosas que no nos gustan de nuestra forma de ser.
2. Lectura de libros que nos inspiren y nos motiven a actuar recta y elevadamente.
3.Limpiar nuestro mundo emocional de rabia, miedos, frustración, rencor y culpas que sentimos hacia otros y hacia nosotros mismos.
4. Meditar por lo menos 15 minutos al día.
5. Practicar el amor impersonal.
6.Dedicarse tiempo a solas.
7. Participar en actividades filantrópicas o de caridad.
Por: Pablo De Vincenzo
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