miércoles, 8 de mayo de 2013

LA MASCARA

LA MÁSCARA

La caridad, la filantropía, el servicio desinteresado, el estoicismo, la fortuna, las creencias, las religiones, los sentimientos, el pensamiento, la inteligencia, las políticas, la ciencia, la tecnología, el poder, son la máscara que el colectivo humano tiene para justificar la existencia y la evolución transitoria e ilusoria en este mundo y de otros esparcidos en los confines de muchos universos desconocidos por la humanidad terrestre.

Máscara importante y necesaria cuando se le da el justo valor, máscara en la que se estereotipan estos valores, parámetros y paradigmas, para poder existir en la encarnación, que se traduce en ego-mente, que nace de una matriz desconocida, absoluta, sin forma ni nombre, que la mayor parte de la humanidad llama dios. Leyes, valores y parámetros que cubren como un velo lo que es realmente la verdad absoluta que no se contradice. Verdad que diluiría la máscara y, que en un estado superior de consciencia, la verdad, estaría rigiendo el comportamiento y las acciones del ego-mente, del hombre, en este planeta llamado Tierra.

Se observa que la conciencia humana saturada de todos los adjetivos, valores, paradigmas, mencionados arriba, máscara que no se quieren quitar, viviendo en diferentes estratos sociales y económicos, unos con el confort, la riqueza, y otros en la pobreza y la miseria.

Los primeros apoyando la explotación, el abuzo, y los otros aceptando por necesidad, ser carneros de una sociedad vario pinta que cada día se corrompe más y más, sin que nadie le ponga freno, ni el dios creado por el hombre, porque todos al final son cómplices, que los llevará a un apocalipsis moral y a la guerras nucleares o atómicas.

Karma que se realizará para el cambio, cambio total que viene de la matriz para justificar los que se quedaran para mejorar el planeta y los egos-mentes, que serán obligados a vivir en un mundo inferior, como lo fue el planeta tierra hace millones de años, con cuerpos diferentes que ni siquiera se imaginan. Pero en fin, todo es absoluto, dios.

Este ego-mente, máscara insaciable de poder en diferentes estratos, no mide las consecuencias, por una conciencia y una mentalidad débil e ignorante de las leyes que son distintas al interior de sí mismos, leyes que se descubren gradualmente con la meditación, la contemplación, la observación y el discernimiento, leyes que manifiestan la existencia del ego-mente, de la naturaleza, leyes que realizan el "milagro de la encarnación", que hacen germinar las semillas y los granos, para después disfrutar de los frutos y del pan de cada día.

Leyes que pueden mejorar las bases de una sociedad en desequilibrio social, económico, moral, para hacer de este planeta un mundo de equidad y justicia social, sin corrupción, explotación y delincuencia en todos los sentidos de la palabra, cuando el hombre haga ciencia con conciencia.

Hno. Rodolfo

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