jueves, 13 de marzo de 2014

KABBLALAH

Durante Rosh Hashaná existe la esperanza de que cortemos con la mayoría de nuestros aspectos negativos. El trabajo que sigue es entender que no podemos regresar a quienes éramos antes porque entonces regresamos al caos y a la negatividad que existía previamente. Debemos permanecer en un lugar elevado para que esas fuerzas de klipot no puedan encontrarnos cuando regresen a buscarnos. Para poder asegurar las bendiciones y la eliminación de la negatividad que alcanzamos en Rosh Hashaná, debemos permanecer en una conciencia elevada.
Una forma para permanecer en este lugar de elevación es a través de un concepto que siempre he considerado muy hermoso. Proviene de una sección del Zóhar explicada por Rav Áshlag y a la cual se refiere como “Las cerraduras, las puertas y las habitaciones”.
Hay momentos en nuestras vidas que son muy emocionantes y en los que sentimos que todo está abierto para nosotros, es como si entráramos en una habitación, una enorme habitación llena de felicidad y realización. También existen momentos en los que sentimos que nada está abierto para nosotros, como si todas las puertas frente a nosotros estuvieran cerradas y todo estuviera saliendo mal. Algunas veces, sientes todo esto en un mismo día, puedes sentir que todo está cerrado, puedes sentir aperturas y también puedes sentir que has entrado en una amplia habitación.
La mayoría de nosotros pensamos que esas tres realidades son cosas completamente separadas; que si enfrentas una cerradura, debes alejarte y buscar una apertura en un lugar diferente. Sin embargo, Rav Áshlag enfatiza la importancia de entender que la cerradura no se encuentra en un lugar diferente al de la apertura. La puerta cerrada y la puerta abierta no están separadas, ellas son de hecho la misma energía. Tantas veces llegamos a lugares o situaciones difíciles en nuestra vida, lugares en los que nos sentimos completamente bloqueados y sólo queremos darle la vuelta o encontrar una vía de escape a esa situación. Lo que no entendemos en esos momentos es que cada bloqueo necesita convertirse en una apertura y que en toda cerradura está la entrada. Sólo en la habitación que has abierto al hacer el esfuerzo de abrir la cerradura es que encontrarás bendiciones y Luz.
Rav Áshlag nos pide que recordemos estas palabras: “Ninguna cerradura es la misma. Cada cerradura es única y perfecta para una Luz específica que necesitas ahora, que tu alma necesita ahora, que tu vida necesita ahora. Ningún desafío es el mismo. Ninguna duda es la misma. Todas fueron perfectamente creadas para ser transformadas en una apertura, para ser transformadas en un jal (puerta).
Cada cerradura ha sido creada especialmente para que pueda llevarnos a una apertura única. Cuando dejas pasar el desafío el día de hoy, encontrarás otro pronto, pero será uno diferente y habrás perdido la oportunidad de transformar tu cerradura previa. A menos que atravieses el proceso de teshuvá, no podrás tener acceso nuevamente a la Luz que hubieras recibido a través de aquélla transformación. A cada uno de nosotros se le da cierta cantidad de cerraduras que debemos abrir en nuestras vidas, y nos es sino hasta después de ello que completamos el propósito por el cual nuestra alma vino a este mundo; viniste a este mundo no sólo para caminar alrededor de ese bloqueo y ese desafío, sino para impulsarte cuando se vuelva difícil.
En un nivel más profundo y global, cada vez que transformas una puerta cerrada en una apertura, das a otros la misma habilidad, ya que has abierto una habitación para la humanidad y no sólo para ti. Cuando haces esto, abres un puente llamado Shaar leHashem, en el cual cada una de estas cerraduras se convierte en una puerta de justicia, una puerta a través de la cual tú y yo y el mundo pueden pasar. Rav Áshlag nos dice que este es el secreto del verso: “esta es la puerta por la cual atraviesan los justos”.
Cuando miremos nuestra vida hacia adelante luego de Rosh Hashaná, debemos recordar este concepto de cerraduras, puertas y habitaciones con la finalidad de verdaderamente manifestar las bendiciones que recibimos. No evadas una duda. No evites un reto. No evites una dificultad. Enfréntalos. Al entrar en este Nuevo año, pide fuerza para poder ver cada cerradura y atravesarla. Solo así serás capaz de recibir del Creador todo lo que estuvo en el Pensamiento de la Creación, todo el bien, todas las bendiciones, para ti y para el mundo.

Fuente
Michael Berg
Inspirando el cambio

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