5 claves para aumentar la autoestima
Antes de estas 5 sugerencias, una reflexión. A veces sabemos cuáles son los pasos que tenemos que dar y sin embargo, por alguna razón “inexplicable”, no podemos avanzar en la dirección correcta. Es que tal vez tengamos pendientes por resolver ciertos problemas que corresponden a un “nivel anterior”. Si esto es así, tal como sucede en los videojuegos, no podremos continuar avanzando hasta que no hayamos completado esas etapas previas. Si esto te sucede con la autoestima, es una buena idea iniciarte en la práctica de alguna técnica de meditación o sanación, o consultar personalmente con un terapeuta profesional, para poder liberarte de la carga que pueden representar esos problemas inconscientes aún sin resolver.
Aquí 5 ideas clave:
Reunir la mejor información. Siempre recomiendo los libros de Louise L. Hay, especialmente “Usted puede sanar su vida”. Es un libro sencillo, con ideas prácticas que pueden aplicarse inmediatamente. Si te gusta leer este es el mejor material y es muy fácil de conseguir (incluso puede encontrarse en Internet).
Identificar los pensamientos de crítica y desaprobación dirigidos hacia nosotros mismos. No es conveniente tratar de controlar los propios pensamientos. En realidad, al intentarlo les damos más energía. Solo es necesario reconocerlos, para que dejen de circular por nuestra mente de manera mecánica o inconsciente, y comprender que son la expresión de las creencias negativas que tenemos respecto de nosotros. Al volverse conscientes, estos pensamientos pierden su efecto nocivo.
Dedicar tiempo a apreciar nuestros aspectos positivos y los de nuestra realidad. En la medida en que vayamos practicando este ejercicio iremos descubriendo cada vez más razones para sentirnos agradecidos.
Desarrollar una actitud general de gratitud por todo lo bueno que tenemos, por cada aspecto de nuestra vida que funciona bien, por cada rasgo positivo de nuestra personalidad, por cada uno de nuestros talentos.
Dedicar tiempo a aquellas actividades que más nos gusten. Pueden ser actividades recreativas (leer, ir al cine, tomar un helado) o creativas. Estas últimas, como escribir, practicar algún hobby o aprender cualquier disciplina que nos guste, pueden simplemente enriquecer nuestras vidas o incluso pueden llegar a convertirse en una actividad laboral más agradable que la que tengamos actualmente.
Axel Piskulic
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