sábado, 8 de marzo de 2014

EL HOMBRE Y LA MUJER

El hombre y la Mujer

El hombre, es la más elevada de las criaturas…La mujer, el más sublime de los ideales

El hombre tiene la supremacía…….La mujer la preferencia.

La supremacía significa fuerza….La preferencia significa el derecho.

El hombre es un código….La mujer, un evangelio.

El código corrige….El evangelio perfecciona.

El hombre es un templo…..La mujer es el sagrario.

Ante el templo nos descubrimos….Ante el sagrario nos arrodillamos.

El hombre es el águila que vuela…La mujer, el ruiseñor que canta.

Volar es dominar el espacio….Cantar, es conquistar el alma.

El hombre tiene un farol….la conciencia. La mujer tiene una estrella, la esperanza.

El farol guía… la esperanza salva“La verdadera historia de la mujer”

Cuenta la leyenda que al principio del mundo, cuando Dios decidió crear a la mujer,

Encontró que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenía mas de que disponer.

Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo esto:

Tomó la redondez de la luna, las suaves curvas de las olas, la tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas.

La esbeltez de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa mirada del ciervo.

La alegría del rayo del sol y las gotas del llanto de las nubes.

La inconstancia del viento y la fidelidad del perro. La timidez de la tórtola y la vanidad del pavo real.

La suavidad de la pluma del cisne, la dulzura de la paloma, la crueldad del tigre y la frialdad de la nieve.

Mezcló tan desiguales ingredientes, formó la mujer y se la dio al hombre

Después de una semana vino el hombre y le dijo: Señor, la criatura que me diste, me hace desdichado. Quiere toda mi atención.

Nunca me deja solo, charla intensamente, llora sin motivo. Se divierte en hacerme sufrir y vengo a devolvértela, porque No puedo vivir con ELLA

Bien, contestó Dios y tomó a la mujer. Pasó otra semana y volvió el hombre y le dijo:

Señor me encuentro muy solo, desde que te devolví a la criatura que hiciste para mí.

Ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura y su mirada era una caricia.

Reía y su risa era música. Era hermosa a la vista y suave al tacto. Devuélvemela porque No puedo vivir sin ella

Que esta melodía y su reflexión, sean un motivo de celebración en este día, con un amor inmenso para toda la vida. Por Náyade García

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