lunes, 3 de marzo de 2014

CINCO PASOS PARA DESPERTAR AL ESTADO NATURAL DE TU PROPIO SER

Cinco pasos para despertar al estado natural de tu propio ser.
Publicado en 23/01/2014de jaramonc
La facultad necesaria para ser consciente de tu propio ser es la atención. La atención es como una luz que ilumina aquello sobre lo cual se aplica. Es decir que la atención es la facultad que te hace consciente, que te permite darte cuenta de aquello que atiendes. Es por esto que la atención es la clave que te permite no solo ser conscientes del mundo que te rodea, de tu propio cuerpo y de lo que sucede en tu interior, tanto física como mentalmente sino que, finalmente, te permite ser consciente también de tu propio ser.
A continuación explico cómo debes dirigir tu propia atención para llegar finalmente a ser consciente de tu propio ser:
1. La atención al exterior
Empieza por prestar atención sostenida del entorno. No permitas que tu mente se ocupe de cualquier asunto o que, simplemente se ponga a divagar. En vez de esto, permanece como un testigo alerta y vigilante de todo lo que te rodea. No pienses ni juzgues nada de lo que llegue por tus sentidos desde el exterior. Simplemente permanece claramente consciente del lugar en el que te encuentras y de lo que ahí sucede. Ve los objetos y formas que te rodean y la impresión que la luz hace en ellos. Escucha con lúcida atención los sonidos que lleguen a ti. Permanece también completamente alerta de cualquier aroma en el aire o del sabor de algo que has puesto en tu boca para comer. En resumen, permanece como observador agudo de todo lo que te rodea durante unos minutos, hasta que te des cuenta que es a través de tu propia atención que te haces claramente consciente de todo ello.
2. La atención al cuerpo y a las sensaciones del cuerpo.
Ahora da el primer paso desde el exterior hacia el interior de ti mismo. Para ello, simplemente dirige tu atención a tu propio cuerpo. Nuevamente, no pienses ni juzgues nada en relación a tu cuerpo. Solamente, como lo hiciste antes con el mundo que te rodea, permanece alerta y consciente de tu propio cuerpo y nada mas. Presta plena atención a cualquier cosa que registre tu cuerpo, como la temperatura exterior o cualquier sensación en la piel, ya sea causada por la ropa que estas usando o por la presión que ejerce la silla sobre la cual estas sentado, etc. Permanece también claramente alerta y vigilante, como un testigo puro de cualquier sensación dentro de tu propio cuerpo, como la sensación de hambre o de sed o cualquier otra. En resumen, tal y como lo hiciste con el entorno que te rodea, permanece durante algunos minutos sosteniendo la atención en tu propio cuerpo y en cualquier sensación que registres a través de él. Así, nuevamente advertirás que es a través de tu propia atención que te haces consciente o te das cuenta, no solo de tu propio cuerpo sino, también, de toda la gama de sensaciones que puedes registrar a través de él.
3. La atención a las emociones y estados de ánimo.
Ahora da un paso más hacia el interior de ti mismo. Para ello, simplemente dirige ahora tu atención a tus propias emociones o estados de ánimo. Permanece claramente consciente de cualquier emoción o estado de ánimo que se encuentre en un momento dado en tu interior. Nuevamente aquí, no debes ni pensar ni juzgar aquello de lo cual te haces consciente a través de tu atención. No busques la causa de las emociones o de los estados de ánimo que en un momento dado observas en ti mismo. Simple y llanamente, permanece por algunos minutos como un testigo alerta y vigilante de cualquier emoción o estado de ánimo que se encuentre en un momento dado en tu interior y nada más. Así advertirás, tal y como lo haz hecho en los pasos anteriores, que es a través de tu propia atención como puedes ser consciente o puedes darte cuenta de tu mundo emocional y anímico interno.
4. La atención al flujo de pensamientos.
Ahora da el siguiente paso hacia el interior de ti mismo. Este nuevo paso implica que debes ahora permanecer plenamente atento y vigilante de cualquier pensamiento que aparezca en tu propia mente. Esto significa que debes permanecer como un observador agudo de tu interior para que en el momento en que aparezca un pensamiento, en vez de continuar pensando en él, solo lo observes hasta que desaparezca. La observación de los pensamientos se asemeja a la observación de los sonidos exteriores. La atención a los sonidos exteriores implica que debes permaneces plenamente alerta y vigilante de cualquier sonido que aparezca y luego, sigues atento de él hasta que desaparece. Es exactamente lo mismo con los pensamientos que aparecen en tu interior: los observas cuando aparecen y el tiempo que permanecen hasta que, finalmente, desaparecen.
5. La atención al propio ser
Una vez que has llegado hasta aquí, estas listo para dar el paso final y hacerte plenamente consciente de tu propio ser. Para ello, lo único que se requiere es que los pensamientos se detengan mientras permaneces plenamente atento de tu interior. En el momento en que la luz de la atención se encuentra poderosamente sostenida y dirigida a tu interior y los pensamientos de la mente se detienen, te darás claramente cuenta de que existes; te darás cuenta de que eres. La exclamación verbal de este hecho es: ¡Soy! ¡Yo soy el ser que es! Como ves, la atención es como una luz que ilumina aquello sobre lo cual se aplica. Si es dirigirla directamente hacia tu interior, tus emociones y pensamientos finalmente se detienen, y te haces plenamente consciente de tu propio ser.

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