lunes, 7 de octubre de 2013

LIBRO DE EJERCICIO LECCION 7

UCDM. Libro de Ejercicios. Lección 7
LECCIÓN 7

Sólo veo el pasado.

1. Esta idea resulta muy difícil de creer al principio. 2Sin embargo, es la razón fundamental de todas las anteriores.

3Es la razón por la que nada de lo que ves significa nada.
4Es la razón por la que le has dado a todo lo que ves todo el significado que tiene para ti.
5Es la razón por la que no entiendes nada de lo que ves.
6Es la razón por la que tus pensamientos no significan nada y por lo que son como las cosas que ves.
7Es la razón por la que nunca estás disgustado por la razón que crees.
8Es la razón por la que estás disgustado porque ves algo que no está ahí.

2. Cambiar las viejas ideas que se tienen acerca del tiempo es muy difícil porque todo lo que crees está arraigado en el tiempo, y depende de que no aprendas estas nuevas ideas acerca de él. 2Sin embargo, ésa es precisamente la razón por la que necesitas nuevas ideas acerca del tiempo. 3Esta primera idea acerca del tiempo no es realmente tan extraña como pueda parecer en un principio.

3. Observa una taza, por ejemplo. 2¿Estás realmente viendo la taza, o simplemente revisando tus experiencias previas de haber levantado una taza, de haber tenido sed, de haber bebido de ella, de haber sentido su borde rozar tus labios, de haber desayunado, y así sucesivamente? 3¿Y no están acaso tus reacciones estéticas con respecto a la taza basadas asimismo en experiencias pasadas? 4¿De qué otra manera sino sabrías que esa clase de taza se rompe si la dejas caer? 5¿Qué sabes acerca de esa taza sino lo que apren­diste en el pasado? 6No tendrías idea de lo que es si no fuera por ese aprendizaje previo. 7¿Estás, entonces, viéndola realmente?

4. Mira a tu alrededor. 2Esto se aplica igualmente a cualquier cosa que veas. 3Reconoce esto al aplicar la idea de hoy indistintamente a cualquier cosa que te llame la atención. 4Por ejemplo:

5Sólo veo el pasado en este lápiz.
6Sólo veo el pasado en este zapato.
7Sólo veo el pasado en esta mano.
8Sólo veo el pasado en ese cuerpo.
9Sólo veo el pasado en esa cara.

5. No te detengas en ninguna cosa en particular, pero recuerda no omitir nada específicamente. 2Mira brevemente cada objeto, y luego pasa al siguiente. 3Tres o cuatro sesiones de práctica, cada una de un minuto más o menos de duración, bastarán.

¿Qué me enseña esta lección?

Esta lección me suscita una pregunta que considero procedente. ¿Cuándo sería la primera vez que nombramos la cosas, que determinamos un valor a algo, que decidimos que tal cosa es buena o mala?, y lo más importante, ¿por qué decidimos darle ese valor o nombre?

Verdaderamente, el ego percibe un permanente error de sí mismo, pues piensa que es lo que recuerda de él. Para el ego, la vida comienza con el nacimiento y termina con la muerte. Sin embargo, esta visión está basada en criterios de temporalidad y si es así, está sujeta al cambio, y todo lo que es variable no es real. Lo real no está sujeto al cambio.

La respuesta que no ofrece el ego ante cualquier circunstancia es una respuesta acuñada

bajo el acúmulo de las experiencias recordadas. Sin embargo, eso nos mantiene presa del error, pues nos limita a dar una respuesta original fruto de la capacidad creadora de la que somos portadores. Desde este punto de vista, cuando transcendemos la personalidad egoica, y nos abrimos a la realidad de lo que realmente somos, un ser espiritual, estamos en condiciones de afrontar la vida con una conciencia del eterno presente. Dicho de otra manera, vivir en el presente, nos ofrece continuamente la oportunidad de dar una respuesta nueva, diferente y liberadora. Hacer consciente el presente nos hace poderoso y co-creador de una realidad cuyo tinte estará acorde con la energía que hemos decidido activar.

Ante cualquier situación de nuestras vidas, es importante respirar profundamente y hacernos consciente de ese estado presente, que nos invita a utilizar con certeza el potencial creador del que somos portadores. Yo decido en cada momento presente, qué uso dar a la energía.

Las Enseñanzas Místicas, nos revelan que el Alma humana se encuentra en un proceso de crecimiento espiritual, llamado “Evolución” y en la actualidad, está experimentando las lecciones que le ofrece el Plano Físico con la intención de tomar conciencia de los “poderes” divinos con los que cuenta. La humanidad, en términos místicos, la “Oleada de Vida Humana” está llamada a Ser Dioses Creadores. En la fase de crecimiento actual, utiliza en mundo material para espiritualizar sus vehículos, el Cuerpo Mental, el Cuerpo Emocional y el Cuerpo Etérico. Se encuentra matriculado en la “escuela de la vida” y requiere llevar varios cursos para alcanzar la meta trazada. Cada uno de esos cursos, pueden ser superados eficientemente o por el contrario, se deberá repetir, para alcanzar el nivel necesario. La rueda de encarnaciones permite volver una y otra vez, con la intención de ir avanzando y evolucionando.

En ese proceso de crecimiento, el alma cuenta con la colaboración de Entidades Espirituales que le ayudan a la hora de elegir las asignaturas que le quedan por integrar. De este modo, los llamados “Ángeles Archiveros”, ponen a elección del alma, el contenido de esas asignaturas. Podemos decir, que ese alma toma la decisión de cuáles serán las experiencias que ha de vivir para favorecer su aprendizaje.
Esta elección queda impresa en el alma y nace con ella, al producirse el nuevo nacimiento físico. Formará parte de su genoma espiritual. Esta es la razón por la que es recomendable mantener una conciencia espiritual de la vida, pues en la medida en que seamos capaces de conectar conscientemente con la voz de nuestro Ser Espiritual, conseguiremos oír su voz y dirigir nuestros pasos por las sendas que debemos recorrer.

Cada nueva encarnación se nos presenta como la oportunidad de superar toda época pasada. Si en nuestro presente nos encontramos ante una situación delicada, podemos saber que dicha situación responde a una actuación pasada, donde pusimos en circulación una energía erróneamente. Tenemos dos opciones: afligirnos y lamentarnos como víctimas de lo que nos está ocurriendo y culpamos a la vida de todo. Sufrimos y sentimos ira; nos castigamos y castigamos a los demás, o por el contrario, nos preguntamos para qué estoy viviendo esta experiencia; dónde está la causa que da origen a la misma, pues sabemos que si conocemos dicha causa y la podemos cambiar, estaremos creando un nuevo presente donde la situación que viviremos será más grata y armoniosa.

Somos libres para elegir, ¿por qué elegir sufrir?
Publicado por Juan Jose Mejias en 5:23 p.m.

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