LO QUE NOS DUELE ES EL ALMA
Considerando que el pensamiento, la inteligencia, el carácter, la voluntad, la imaginación, la ética, la intuición y el amor, son características atribuibles al alma o espíritu encarnado, ésta debería tener por parte de los seres humanos, un mejor trato. Cuando vamos al médico con alguna dolencia, este nos receta medicamentos dirigidos a la patología física, siendo que realmente lo que estamos buscando es un mensaje de amor fraterno y solidaridad que renueve nuestros sentimientos en esos momentos. La curación que proviene de la palabra es posible, pues toca al paciente internamente provocando su curación de forma consciente.
El médico que actúa de acuerdo con el amor fraternal tiene en sus manos una inagotable fuente de conocimientos y el perfeccionamiento de recursos de diagnóstico y tratamientos de las enfermedades de sus pacientes.
El estudio del alma no debe circunscribirse a lo religioso o esotérico, sino también al campo de la medicina pues la mayoría de los desórdenes de la salud residen en el estado de salud del alma. Las razones del sufrimiento humano que llevan a la criminalidad, la depresión y el suicidio, tan comunes en nuestros días, residen únicamente en el abandono al que hemos sometido a nuestro Espíritu.
Las curas espirituales o lo que llamamos milagros, son la fuerza del pensamiento actuando sobre la materia. Recordando que el pensamiento es una característica del alma, veremos la importancia de mantener los mejores pensamientos actuando en nuestra mente e irradiando de adentro hacia afuera, hacia los demás. Si el pensamiento proviene del Alma, este puede condicionar la salud o la enfermedad y es allí donde está nuestra total responsabilidad. Somos lo que pensamos y lo que pensamos ya sabemos de donde proviene.
El motor que pone en movimiento todos los actos de nuestra vida diaria, es el Alma. Entonces que esos actos nos enaltezcan como efectos que proceden del alma, capaz de consolar y consolarse y darle a quien nos necesita lo mejor de nosotros mismos. De nosotros adentro, en nuestra Alma.
Si el alma comanda toda nuestra actividad como seres humanos, qué importante es que se sienta aliviada, "con buena salud". Para eso hacen faltan más profesionales médicos con buenas vibraciones, capaces de dar palabras de aliento y de ternura, de convertir una depresión en experiencia de progreso espiritual; médicos que comprendan que el Alma trae consigo las experiencias pasadas que marcan nuestra presente existencia. Médicos espirituales que comprenden con amor y no juzgan al paciente.
Nada permanece sin progreso en el Universo de la Creación Divina. El tiempo llegará en que la medicina de cuerpos reconozca en cada ser un ser espiritual con alma que duele y sufre, de acuerdo con la memoria de los actos que la acompañan vida tras vida. Con base en esta comprensión, la ayuda espiritual que prestará a los seres que acuden a su consulta será aún mucho más valiosa que la prescripción de medicamentos para aliviar dolores físicos que tienen sus raíces en el Alma. Pero el paciente deberá participar en su propia recuperación, armonizándose con las Leyes que rigen la Naturaleza, que hablan de amor, paz y fraternidad entre todos los Seres Humanos.
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