Al asumir la responsabilidad de nuestras cuestiones económicas mejorará nuestra autoestima y disminuirá nuestra ansiedad.
Cada uno de nosotros, hoy, tiene una serie de circunstancias económicas. Tenemos disponible cierta cantidad de dinero, y dinero por cobrar que se nos debe. Tenemos un montón de cuentas que debemos pagar. Tenemos que pagar impuestos. Esas son nuestras circunstancias económicas actuales. No importa cuáles sean los detalles de las mismas, la aceptación, la gratitud y la autorresponsabilidad disminuirán el estrés.
Cada uno de nosotros, hoy, tiene un futuro económico. Hay pocos aspectos futuros de nuestra vida que podemos controlar, pero un papel que podemos jugar para ayudar a nuestro futuro es fijar metas.
No tenemos por qué obsesionarnos acerca de nuestras metas.
No tenemos que estar vigilando y marcando constantemente nuestro progreso hacia su consecución. Pero es beneficioso pensar acerca de nuestras metas y escribirlas. ¿Qué queremos que suceda en nuestro futuro económico? ¿Qué problemas financieros nos gustaría resolver? ¿De qué cuentas por pagar nos gustaría deshacernos? ¿Cuánto te gustaría estar ganando a fines de este año? ¿A fines del año próximo? ¿Dentro de cinco años?
¿Estamos dispuestos a trabajar por nuestras metas y a confiar que nuestro Poder Superior nos guía?
Paga tus cuentas a tiempo. Ponte en contacto con tus acreedores. Llega a un arreglo con ellos. Haz hoy lo mejor que puedas para asumir tus responsabilidades económicas. Fija metas para el futuro. Luego, olvídate del dinero y concéntrate en vivir. Asumir la responsabilidad de nuestros asuntos financieros no significa concentrar nuestra atención en el dinero. Asumir la responsabilidad de nuestra economía nos capacita para quitar nuestra atención del dinero. Nos libera para cumplir con nuestro trabajo y vivir la vida que queremos.
Merecemos tener la autoestima y la paz que acompaña a la responsabilidad económica.
“Hoy me tomaré el tiempo necesario para ser responsable de mí mismo en el aspecto económico. Si es tiempo de pagar mis cuentas pendientes y hablar con mis acreedores, lo haré. Si es tiempo de fijar metas, las fijaré. Una vez haya hecho mi parte, me olvidaré del resto”.
(Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós).
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