Ignoran que su vida no se acabará con lo que se ha convenido en llamar muerte, y para tratar de prolongar esta vida, algunos son capaces incluso de cometer crímenes.
El espiritualista tiene otro concepto de las cosas.
Ama la vida de la que descubre cada día el sentido y la belleza, y al mismo tiempo esta vida con las limitaciones, las obligaciones y los sufrimientos que le impone, le parece a veces una carga.
¿Cómo no aspirar a esta otra vida que presiente más real que su existencia terrenal?
Y porque sabe también que ha descendido a la tierra para hacer un trabajo en ella, reparar sus errores del pasado y perfeccionarse, acepta la situación pensando que cuando haya terminado este trabajo, se irá a vivir libre por el espacio.
Ésta es la verdad que los espiritualistas conocen, y por eso, aun sabiendo que la verdadera vida está en otra parte, están convencidos de que tienen algo que hacer en la tierra.
Mientras no hayan terminado el trabajo por el que han venido, todo lo demás les es indiferente: no se preguntan si prefieren vivir o morir, lo único que quieren es terminar su trabajo. Y desde el momento en que éste ha terminado, se van en paz y gozosos."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Libardo Rodríguez Soto
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