sábado, 14 de septiembre de 2013

DIFERENCIA ENTRE DOLOR Y SUFRIMIENTO

DIFERENCIA ENTRE DOLOR Y SUFRIMIENTO
Publicado por gret bonic
Diferencia entre dolor y sufrimiento.

El dolor y el sufrimiento son parte de la vida, pero en ocasiones, sufrimos innecesariamente.
Generalmente utilizamos dolor y sufrimiento como sinónimos.
Sin embargo, para poder manejarlos adecuadamente, es importante entender la diferencia.

El dolor emocional, es el sentimiento negativo que surge ante determinadas situaciones o problemas, generalmente relacionadas con una pérdida o con un problema que nos afecta de manera importante.

Surge en el instante en que somos heridos física o emocionalmente.
Es una sola emoción, su duración es relativamente corta y es proporcional al evento que la produjo.
Puede ser cualquier emoción que nos afecte: Tristeza por una pérdida, estrés ante la necesitad de enfrentar un problema, enojo, frustración, etc.

El sufrimiento va un paso más allá.
El sufrimiento es la respuesta cognitivo-emocional, que tenemos ante un dolor físico o ante una situación dolorosa.

Es un conjunto de emociones y pensamientos que se entrelazan, adquiriendo mucho más intensidad y duración que el dolor emocional.
De hecho, el sufrimiento puede durar indefinidamente, aunque la situación que lo provocó ya se haya solucionado.

Por ejemplo:
Hablamos de dolor emocional, cuando nos referimos a una profunda tristeza ante la pérdida de un ser querido.
Hablamos de sufrimiento, cuando dicha tristeza se convierte en una depresión que dura varios años y que generalmente involucra otros sentimientos (muchas veces inconscientes) de enojo, inseguridad, desesperanza, etc. y pensamientos como: "Es injusto", "no se lo merece", etc.

Características relacionadas
con el sufrimiento.



Cuando una persona sufre, presenta alguna de las siguientes características:

Cree que se va a enfrentar a un daño físico, psicológico o social importante, es decir, se siente amenazada.


No acepta el dolor o la situación relacionada con el sufrimiento y se rebela: "¿Por qué a mí?, no es justo, no debería ser así", etc.


Se siente incapaz de hacerle frente, ya que está convencida de no tener los recursos necesarios para vencer la amenaza (solucionar el problema o acabar con el dolor) de manera exitosa, por lo que se siente indefensa.


Vive un grado importante de incertidumbre.
No sabe cuándo o cómo va a terminar su sufrimiento y en ocasiones piensa que esa situación va a durar por siempre.


Cree que no lo va a poder soportar.


Predomina un sentimiento de impotencia y de no tener control sobre lo que sucede e incluso sobre sí mismo, que se manifiesta en la intensificación de diferentes emociones: depresión, enojo, autocompasión, etc.
Podemos sufrir ante:

Un hecho real, en el sentido de que está sucediendo en el presente,
un recuerdo de algo que sucedió,
un hecho imaginario, como cuando "vemos" con tal claridad una situación que creemos que se va a dar en el futuro, que despierta nuestras emociones,
el sufrimiento de los demás.


Todos vivimos situaciones dolorosas, pero podemos:

vivir el dolor y trascenderlo o
podemos generar un gran sufrimiento (compuesto por una mezcla de emociones negativas intensas), que con frecuencia está causado o aumentado por nosotros mismos:
por nuestra actitud ante el dolor y/o
por el significado que le damos a éste.


Cada persona reacciona de manera diferente ante una misma situación.
Mientras una persona se desmorona ante el dolor que está viviendo, otra puede encararlo de una manera distinta y salir fortalecida y más madura.
De hecho cada situación la vivimos de diferente manera. La misma persona que reacciona bien en una ocasión, puede responder muy mal en otra.

La intensidad y duración del dolor que sentimos y nuestra manera de reaccionar ante las situaciones dolorosas, no depende de la importancia de dicha situación.

Dependen de:

nuestra personalidad,
fortaleza afectiva,
estado físico y emocional de ese momento,
las experiencias vividas en el pasado, principalmente durante la niñez,
nuestras creencias sobre nosotros mismos,
el significado que le damos al dolor,
el apoyo social que tenemos y
nuestra capacidad para:
reconocer,
aceptar y
expresar nuestras emociones


¿Qué hacer?

Para eliminar o disminuir el sufrimiento podemos:

Cambiar la situación que nos provoca dolor,
modificar nuestra actitud ante dicha situación,
combinar los dos aspectos anteriores.


Una de las grandes dificultades que tenemos para manejar el dolor se debe a que vivimos en una cultura que lo niega y evita a toda costa.
A pesar de que constantemente lo vemos a nuestro alrededor, de alguna manera cada uno de nosotros piensa: "A mí no me va a pasar…, esto sólo les pasa a los demás".

Cuando vivimos una situación dolorosa, que por inesperada nos es más difícil aceptar, nos sentimos solos e incomprendidos, sin poder buscar el apoyo social, de un grupo que niega y evita dicho dolor.

El primer paso para superar el dolor emocional y el sufrimiento es saber que éstos son normales y partes del ser humano y que todos lo vivimos, independientemente de que lo reconozcamos y expresemos o no.
El sentirlo no nos hace más débiles, menos capaces, menos valiosos ni nos da ninguna otra connotación negativa.

En segundo lugar es importante estar conscientes de que, para dejar de sufrir necesitamos:

Aceptar que estamos sufriendo,
responsabilizarnos de nuestro sufrimiento,
tomar la decisión de dejar de sufrir
hacer lo necesario para lograrlo, manteniendo esa decisión el tiempo que sea necesario.


¡Conoce mi nuevo libro!
"No sufras las crisis, RESUÉLVELAS"!
Descubre cómo superar las crisis, vencer el estrés,
mejorar tu autoestima y resolver los problemas.

PAGINA CRECIMIENTO Y BIENESTAR EMOCIONAL

No hay comentarios:

Publicar un comentario