viernes, 10 de enero de 2014

DESPEDIR EL PASADO SANANDO VIEJAS HERIDAS

DESPEDIR EL PASADO SANANDO VIEJAS HERIDAS


Siempre que nos enamoramos , tendemos a sentir que hemos encontrado a la tan esperada Alma Gemela , calificamos de especial la relación y la adornamos con la suficiente magia como para generar una nube rosa que envuelva cualquier acontecimiento que suceda.

Pero cuando la relación es de aprendizaje, cuando nos quedan todavía lecciones por aprender , ya sea de integración o de transcendencia de los valores parentales heredados, como la autoestima, la autonomía el amor propio , la valentía , los recursos personales , etc,….esta relación tendrá fecha de caducidad , y cuanto más prolongemos el desapego , cuanto más tardemos en ver la falta de afinidad con la persona de la cual creemos que estamos enamorados, más dramática y difícil será la separación.

El primero de los miembros que se aleja de la relación de pareja con problemas, es el que proyecta una imagen de autonomía , de control y de poder sobre el otro , ya que parece ser el más fuerte y el que menos sufre….; el que sigue empeñado en salvar lo que sea del naufragio sentimental aferrándose a que todo puede cambiar , al comencemos de nuevo, al démonos una nueva oportunidad , al cambiaré ya verás , al confía en mí , al te perdono ….. y un largo etcétera de propósitos que solo esconden miedo, miedo a la soledad, miedo a soltar algo que la mente fantasea en que le sigue perteneciendo , y que en realidad no hace más que propiciar la impotencia, la depresión y la tristeza.

Después de una decepción amorosa, de una traición , de una ruptura en la que hemos sido la parte pasiva , entramos en frases destrucctivas que nos llevan a la desesperanza , a la desconfianza en el sexo opuesto, a la soledad, la inseguridad y al alejamiento de la alegría , y generalmente nos recreamos en el recuerdo de los pocos momentos felices que toda relación conflictiva tiene , y nos vamos cargando de una energía de peso que no se ve, pero que presiona con fuerza sobre el pecho haciéndonos suspirar, añorar y llorar de vez en cuando o con frecuencia a la persona que ya no está en nuestras vidas.

A veces aprendemos a cargar con este peso, otras aún con el peso, nos hacemos la ilusión de no sentirlo mediante la evasión con cualquier cosa que nos haga sentir que el dolor por la falta de amor está pasando o se está alejando ; pero nos equivocamos casi siempre , pues la herida o heridas no fueron sanadas , solo le pusimos otro nombre , pero el peso del dolor sigue presente.

En el viaje de la vida , el equipaje que más pesa y que solemos cargar casi sin darnos cuenta es el del recuerdo de las antiguas heridas. De: Verónica Castro Ortega.

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