La terapia craneosacral nos ayuda a eliminar tensiones y bloqueos y a vivir la vida más plenamente, aumentando la vitalidad corporal. También es aplicable en un elevado número de patologías.
TERAPIA CRANEOSACRAL
EJERCICIO DE ‘PUNTO DE QUIETUD’
En nuestro cuerpo se puede leer nuestro estado mental y emocional. Nuestros estados emocionales, ya sean de estrés, excitación, represión…, se van a reflejar en patrones y posturas musculares características. Incluso los traumas físicos y emocionales del pasado están reflejados en nuestros tejidos, en lo que denominamos ‘nudos de energía’. Los ‘nudos de energía’ (energy cyst), término acuñado originalmente por la terapia craneosacral americana, son áreas de disfunción corporal que se manifiestan como obstrucción a la eficiente conducción de energía y electricidad a través de los tejidos del cuerpo (principalmente en la fascia, o envoltura de tejido conjuntivo). La función normal del cuerpo se ha inhibido en esa área y el cuerpo se debe adaptar a esa actividad desorganizada. Esto puede ser como resultado de traumas físicos, invasión patógena, disfunción fisiológica, o problemas mentales y emocionales. Todo esto debilita la energía corporal, creando tensión y disfunción.
La terapia craneosacral es tan suave como efectiva, y es segura y conveniente para personas de todas las edades: desde adultos hasta niños y bebés, así como después de una operación o en condiciones de fragilidad, complementando el tratamiento médico o psicológico. Algunas patologías en que más comúnmente se aplica la terapia son: dolores de cabeza de tipo migrañoso o tensional; dolores y problemas de espalda y del aparato locomotor; tensión muscular; problemas articulares; problemas de oído, vista o boca; problemas digestivos; sinusitis y neuralgias faciales; estrés, ansiedad, cansancio crónico; traumas infantiles; niños hiperactivos; secuelas de accidentes; problemas emocionales; para aliviar el dolor.
AUTOEJERCICIOS
Autoejercicio para relajar los huesos temporales
La tensión de los huesos temporales puede estar relacionada con el dolor de cabeza, los zumbidos de los oídos y en general con la tensión en la cabeza. Es un ejercicio sencillo que podemos hacer tumbados cómodamente: nos agarramos con las manos nuestras orejas y vamos a estirar suavemente por un máximo de 3 minutos en dirección a nuestros hombros. Es importante que la presión sea suave y continuada.
Autoejercicio para relajar la mandíbula y la articulación temporomandibular
La tensión de la vida diaria sobre nuestra mandíbula es responsable según los últimos estudios del 50% de los dolores de cabeza. Además la tensión de la mandíbula nos puede producir dificultad para abrir la boca, dientes desgastados, rechinar de noche y, en un extremo, nos puede llevar al deterioro de la articulación. El ejercicio que os propongo es simple: colocamos ambas palmas de las manos a los lados de la mandíbula y vamos a descomprimir suavemente la mandíbula por un máximo de tres minutos en dirección a los pies. El ejercicio lo podemos hacer sentados o tumbados cómodamente.
Autoejercicio del levantamiento del frontal
La migraña y la cefalea son también dos manifestaciones energéticas y os voy a proponer un ejercicio simple que ayudará a destensar el hueso de la frente, el frontal. Nos tumbamos cómodamente y con una mano abierta cogemos nuestro frontal. Por tres minutos y de una manera suave y continuada vamos a levantar nuestro frontal en dirección al techo.
Ejercicio de impulso de los fluidos o ‘dirección de energía’
Es un ejercicio simple pero a la vez muy importante y se puede describir como la aplicación directa de la mente a la materia. Vamos a visualizar con nuestra mente, de una manera relajada, que mandamos energía por un mínimo de cinco minutos a una zona del cuerpo con tensión. Con una mano se cubre la zona que deseemos tratar y con uno o dos dedos de la otra mano proyectaremos energía a la zona. La mano que proyecta la energía se encuentra situada por el otro lado del cuerpo. Por ejemplo, si queremos aliviarnos un golpe en un ojo pondremos una mano cóncava sobre el ojo y la otra detrás de la cabeza, proyectando la energía con uno o dos dedos. Sentiremos un calor aliviador en la zona.
Alberto Panizo es osteópata, terapeuta craneosacral y esc
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