jueves, 16 de octubre de 2014

Una corta pausa entre el camino encharcado de aquí,
y el que nunca se encharca de allá.
Si llueve, que llueva.
Si diluvia que diluvie.

Ikkyu (1394-1481) - maestro zen.


La vida se manifiesta como se manifiesta. Nuestra demanda de que lo haga de manera distinta es lo que causa nuestro sufrimiento y el que infringimos a los demás. Exigimos vivir para siempre, sin ser capaces de apreciar la belleza de envejecer o de los ancianos. Exigimos que todo el mundo nos quiera (sea quien sea), no cometer errores, comer solo de lo mejor, permanecer bellos para siempre, conseguir todo aquello que consideramos merecer. Nos esforzamos todo lo posible por asegurar esas ilusiones, incluso arriesgando nuestras verdaderas vidas. Nos escondemos de la enfermedad, de la tragedia, de la vejez y la soledad, abandonando a aquellos que las experimentan. Rechazamos el pesar y la fealdad sin darnos cuenta que la fealdad y el pesar moran en nuestro interior. Y luego nos preguntamos por qué sufrimos, atrapados en una vida sin salidas.

"Sabiduría zen para la vidad cotidiana.
Brenda Shoshanna

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