Nuestro cuerpo, nuestro territorio…Por muchos años no ha sido habitado por nosotras…han entrado y salido de él, ha dado placer, ha creado, y también ha enfermado… ¿Por qué ha enfermado o a mostrado sentirse mal, incomodo, congestionado?. Son tantas las hipótesis como mujeres que existen, cada una tiene una justificación y argumento que nutre posiblemente la debilidad o victima en ella… o que para algunas ese “síntoma” las hace APARECER… pues de otra manera pasan desapercibidas ante sus seres amados.
De todas formas hay que investigar, observar, percibir, volver a SENTIR.
Todo comenzó…. Cuando el SENTIR LAS SENSACIONES fue modelado, disfrazado y rotundamente RECHAZADO. La comida, el mal dormir, el mal trato que nos hacemos a nostras mismas, la televisión, los comerciales, la moda, el ruido mental y emocional…todo eso ha nutrido a la opresión y constante obligación que el cuerpo siente.
El centro de las sensaciones es todo el cuerpo. Sin embargo en el curso de nuestra vida este centro de las sensaciones se ha ido desplazando, primero conocimos el mundo a través del pecho de la madre, del gusto, el tacto etc. En la medida que hemos crecido este centro de sensaciones ha pasado por tantos departamentos como experiencias que hemos tenido…pero muchas de esas experiencias, sentires, sensaciones, han sido más bien mal aprovechadas y hemos pasado mucho por alto.
En nuestro caso como mujeres, nuestro centro de sensaciones existe en nuestro bajo vientre, todas desplazamos muchas cosas hacia este espacio y es por esto que en este centro se generan una serie de problemas. Si pensamos que el centro alrededor del que todo gira es el bajo vientre, aquí es donde más hacen su aparición los problemas. Pueden ser problemas tan poco específicos como una vida insatisfecha o llena de dificultades, preocupaciones en el trabajo o con la pareja, vida sexual insatisfecha, etc, sobre la que la afectada se queja con algún síntoma en su bajo vientre o espacio de lo femenino.
Nuestro vientre alberga los órganos esenciales de la fertilidad y la reproducción y por años ha sido devaluado, mal tratado, ensuciado, y considerado un espacio de “enfermedad”, “mal olor” “pecado”, etc., desprestigiando y distorsionando con ello todo lo femenino.
Por la vida con hábitos destructivos que muchas tienen consciente o inconscientemente se han generado en muchas de las mujeres los llamados trastornos del ciclo, síntomas como amenorrea, endometriosis, ovario poliquistico, miomas, candida, hongos, cistitis incluso infertilidad…entre otros.
Abordar, estudiar y investigar como hemos aportado a la devaluación de nuestro centro femenino, hasta el grado de haber asumido como un espacio de dolor y enfermo es algo importante de hacer antes de recurrir a una extirpación o método anticonceptivo.
Hacer el viaje para iniciar el camino de la curación a través de los síntomas de tu cuerpo de mujer es uno de los caminos menos transitado, pero que se necesita caminar. El camino no lo harás sola, estaremos nosotras mujeres acompañándote… solo pide una mano y la ayuda te será entregada.
Bendiciones a ti que emprendes el camino de la auto-curación.
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Sanahí- Creadora de Aflora Mujer.
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