Cuando vemos la palabra ABUNDANCIA, en cualquier escrito publicado, de inmediato pensamos que su autor puede tener las claves para ayudarnos a conseguirla. ¿Será cierto?
Hace unos años se disparó el boom de “El Secreto” y la famosa Ley de Atracción, el poder del pensamiento positivo, la visualización creativa, el escribir nuestros deseos y repetirlos día tras día, ejercicios, meditaciones, rituales, infinidad de técnicas para ayudarnos a tener una mejor actitud, a enfocar nuestros esfuerzos y a establecer objetivos.
Pero...sí, hay un pero: todo enfocado hacia un futuro, estrategias que nos mantienen inconformes, desanclados del momento e insatisfechos porque siempre hay MÁS por alcanzar.
ABUNDANCIA: de inmediato pensamos en riqueza, dinero, propiedades, carros, cuentas bancarias ilimitadas, viajes, placeres, todo lo que ofrece el paradigma de consumo y competencia de nuestra sociedad. Se nos invita a soñar con más, a visualizarnos libres financieramente, sólo soñar, saber qué deseas, soltarlo al universo y esperar. Eso sí eliminando todo pensamiento negativo, huyendo de las emociones naturales de un ser humano, ideando un mundo sin conflictos, problemas, ni dolor.
Un mundo mental artificial que poco a poco nos aleja de la realidad, una realidad que puede no ser perfecta pero es la que hemos configurado a través de nuestra experiencia vital.
La pregunta es: ¿Está la felicidad en ese tipo de ABUNDANCIA que se nos está vendiendo como el estado ideal del ser humano? La abundancia no es sólo dinero, éxito, poder, riqueza y placer derivado de lo material. La abundancia es una habilidad adquirida, una disciplina aprendida, una conquista del espíritu humano. Es en realidad la capacidad de liberarnos de todas esas expectativas que nos impiden tomar de este momento lo mejor.
La obsesión por más logros, éxitos, triunfos y riquezas futuras se ha convertido en una camisa de fuerza que nos lleva a sacrificar el disfrute del hoy en aras del placer prometido para un incierto futuro. Este momento es un medio para llegar a la abundancia futura, dejamos de hacer lo que nos puede hacer felices ahora porque el logro exige sacrificios, porque para alcanzar algo hay que lucharlo. No importa si hoy no somos felices, es el precio que tenemos que pagar para llegar a ese estado futuro en el que por fin la felicidad será posible.
Ganar más, conseguir más, acumular más. Comprar más, poseer más, obtener más. ¿Más que el otro? ¿Más que ayer? ¿Te has puesto a pensar qué significa ese MÁS? el más es una meta sin final, una búsqueda interminable por más de algo indefinido. Y como siempre hay algo más por alcanzar, lo de ahora siempre será insuficiente, muy poco en realidad si lo comparas con lo que promete el futuro.
En un mundo de infinitas posibilidades, siempre habrá algo más por conquistar. Eso no significa que lo que tenemos sea insuficiente. Comienza a serlo cuando no lo valoramos, cuando el más nos roba la perspectiva presente y con ella el disfrute de lo que ya hemos conquistado.
Te dejo esta reflexión: ¿qué pasaría si mañana, en vez de tener más de lo que tienes, tuvieras menos? si mañana perdieras las personas que te acompañan, las cosas y privilegios que tienes ¿Te harían falta? ¿Las extrañarías?
Diana Rodríguez Angulo
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