LAS DOS CLASES DE MIEDO
El budismo dice que existen dos clases de miedo:
el miedo apropiado
el miedo impropio
El miedo es apropiado cuando se fundamenta en un peligro de existencia real, respecto del cual se pueden tomar medidas para evitarlo. Como la persona que deja de comer carnes rojas porque tiene miedo de bajar sus vibraciones espirituales.
El miedo impropio es el que surge de cosas que no pueden perjudicarnos como tenerle miedo a una cucaracha; o que no podemos evitar, como tener miedo a envejecer. Esta clase de miedo nos lleva a deprimirnos y paralizarnos.
Pero en realidad la mayoría de los miedos tienen su raíz en una forma errónea de percibirnos a nosotros mismos y al mundo que nos rodéa, es decir que tienen un origen mental, por lo que si aprendemos a controlar nuestros pensamientos, podemos terminar con ellos.
El miedo apropiado no es igual, ya que es una clase de miedo que nos advierte que es peligroso hacer algo (como saltar a la calle desde un tercer piso o beber en exceso). Cuando el miedo es apropiado, sirve para tomar consciencia del peligro real y para hacer las cosas que debemos hacer para evitarlo
Muchas personas se pasan la vida teniendo miedos infundados, en realidad esto le pasa a todo el mundo, y si Ud. piensa en cuales son aquellas cosas que le infundieron miedo en los últimos meses, descubrirá que el 85% de ellas nunca sucedió.
El tener miedo permanentemente impide ser uno mismo, impide desenvolvernos con armonía, y hasta llega a ser paralizante, como por ejemplo el caso de las personas que temen salir de sus casas, o que temen contagiarse enfermedades.
Imagínate que vas caminando de noche por una calle oscura y de pronto te parece que alguien te está siguiendo. Miras hacia atrás y ves que efectivamente viene una persona caminando detrás tuyo. Entonces comienzas a tener miedo de que te alcance y te asalte, te imaginas que además de asaltarte puede lastimarte. Si eres mujer piensas que hasta puede violarte. Y como consecuencia de todo ellos, al notar que la otra persona acelera el paso, comienzas a sufrir cada segundo hasta que el otro finalmente pasa por al lado tuyo sin siquiera dirigirte una mirada.
Muchos miedos son reales porque existen en cuanto a sentimientos, tu sientes ese miedo, pero son solo producto de pensamientos negativos. Y la verdad es que la mayoría de los miedos que sufrimos a diario pertenecen a este segundo grupo: los hijos de los pensamientos negativos.
Cuando los pensamientos de enfermedad, infortunio, accdidente, muerte, etc, vienen a nuestra cabeza, debemos aprender a eliminarlos antes de que puedan tomar control sobre nosotros. Nuestra vida es el producto de nuestros pensamientos y quien tiene pensamientos aterrorizantes solo puede esperar sufrir miedo.
Pero como nuestra vida es el producto de nuestros pensamientos, al pensar en cosas aterrorizantes no solo comenzamos a sufrir las consecuencias físicas de tener miedo, sino que además y para peor, atraemos aquello a lo cual tememos...
El mundo no existe separado de nuestra mente, sino que es una proyección de nuestra mente, tal como sucede durante los momentos del sueño. Y asi como sucede con los peores sueños, cuando logramos despertar todo termina.
Cuando dormimos, todo lo que sucede durante el sueño nos parece tan real como lo que nos sucede cuando estamos despiertos, y cuando estamos despiertos, las cosas que nos atemorizan nos parecen reales porque son reales pero solo en nuestra mente. Pensamos en cosas atemorizantes y tenemos miedo, pensamos en cosas placenteras y sentimos placer, pero todo se ha originado en nuestra mente, y con el control de la mente puede no originarse, o por lo menos puede eliminarse cuando surge.
Todo el mundo posee dentro de sí mismo la fuerza para combatir sus miedos.
Dr R Bonomi
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