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domingo, 8 de diciembre de 2013

RECIBIMOS NUESTRA VIDA DE DIOS

Recibimos nuestra vida de Dios


El corazón y el intelecto no tienen las mismas exigencias, cada uno debe ser alimentado de forma diferente, y cada uno debe, por tanto, ejercitarse también de forma diferente. Los artistas en quienes el corazón, la sensibilidad, están particularmente desarrollados, necesitan ser animados. Sufren particularmente con la crítica. ¡Cuántos artistas murieron por haber sido incomprendidos! Al contrario, ser objeto de críticas refuerza a los pensadores y filósofos, porque el intelecto progresa a través de las dificultades y los obstáculos. Siempre está dispuesto a buscar nuevos argumentos, nuevas soluciones, necesita ejercitarse y la crítica le proporciona numerosas ocasiones para hacerlo, no le dan miedo los enfrentamientos, está construido para resistir. Mostrad, pues, a los artistas que sabéis apreciarles, felicitadles, pero no aplaudáis demasiado a los intelectuales. Las alabanzas y las críticas, hay que saber cuándo, cómo y a quién darlas.

Nosotros recibimos nuestra vida de Dios, pero sólo podemos beneficiarnos plenamente de sus riquezas si aprendemos a hacer que vuelva a la Fuente. Y, cuando digo la Fuente, Dios, quiero decir la cima de nuestro ser. Orientar las energías hacia lo alto para que puedan alimentar las células del cerebro, requiere de un gran saber. Y si hay algún campo en el que este saber es necesario, es sin duda el de la sexualidad. Todas las instrucciones que dan los Iniciados concernientes al control de la fuerza sexual, no tienen como finalidad reprimir a los humanos privándoles de placeres que, evidentemente, tienen derecho a disfrutar: cuando enseñan que las energías sexuales pueden ser sublimadas, es porque saben que existen otras posibilidades que la de dejarlas manifestarse solamente abajo. Los hombres y las mujeres pueden servirse de estas energías, bien comprendidas, bien utilizadas, para despertar facultades superiores que les van a permitir realizar trabajos espirituales de la más alta importancia, y entonces es cuando saborearán el verdadero gozo.

nuestra vida

El calor, la luz, el magnetismo y la electricidad son cuatro fenómenos particularmente bien estudiados por la física. Sin embargo, también estos fenómenos naturales tienen su correspondencia en nuestro rostro. ¿Os extraña quizás? Aquí tenéis las correspondencias. El calor está relacionado con la boca, la electricidad con la nariz, el magnetismo con los ojos, y la luz con la frente. Y la boca (el calor) está en relación con los ojos (el magnetismo); el corazón está relacionado con el alma: a través de los ojos absorbemos el alimento espiritual, lo mismo que con la boca absorbemos el alimento físico. En cuanto a la nariz (la electricidad), está en relación con la frente (la luz); el intelecto está vinculado al espíritu: lo mismo que la nariz discierne los olores, el intelecto, gracias a la sabiduría, discierne lo bueno y lo malo, lo verdadero y lo falso, mientras que el espíritu, la frente, percibe las realidades del mundo divino.

Omraam Mikhaël Aïvanhov

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