HAS SER TU MISMO

Has de ser tu mismo.


A menudo escuchamos que nos recriminan habernos advertido las cosas de la vida, pero el ser humano necesita vivir cada instante, bueno o malo. A veces se empeña en vivir otras vidas, en aprender de los errores ajenos, y en disfrutar con las emociones de otras personas. Pero no es posible. El ser humano necesita, y hasta está obligado, a vivir su propia vida, a experimentar sus propias emociones y a disfrutarlas o padecerlas según el momento. Por eso, en cada instante de nuestra vida, no podemos conformarnos con vivir lo que otros viven; la emoción ajena nunca nos llena completamente. El ser humano necesita vivir cada instante y experimentar todas las emociones universales: sufrir, padecer, ser traicionado, amar, enamorarse, perdonar,… Cada instante de nuestra vida es único e irrepetible, porque es nuestro, porque uno vive individualmente sus emociones, de otro modo seríamos un colectivo, pero no, el ser humano es eso, un individuo, lo que le confiere la necesidad, casi la obligación, de ser él mismo, y eso implica que no puede vivir y sentir a través de los otros, solo a través de uno mismo es posible vivir y crecer.
¡Cuán a menudo nos advierten de los peligros de la vida, de las dificultades de ciertos caminos, de los inconvenientes de algunas decisiones, también del peligro que corremos! Pero no es posible. El “ya te lo dije” no es más que una corroboración de la primera experiencia que intentaba avisar y advertir al otro, recién llegado, para que no cometiese el mismo error, pero cada uno necesita sus propios errores, caerse y levantarse, padecer y alegrarse: - Mamá, ten cuidado, no te caigas/ - Hija, no hagas eso, no vayas a hacer el ridículo. La gravedad no siempre es la misma, y las consecuencias tampoco lo son pero en ambos casos, vivir significa sufrir y padecer, alegrarse y disfrutar a partes iguales. Esto es ser uno mismo, cada vez, uno mismo, por mucho que los demás te digan, el ser humano ha de ser él mismo.
Marta Montañez (22-11-07)