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jueves, 28 de febrero de 2013

TE SIENTES ABRUMADO !!!

Te sientes abrumado y sobrecargado? ¿Tienes demasiado por hacer sin tiempo suficiente para hacerlo? ¿Luchas con retos de salud o dificultades en tus relaciones laborales o en tu hogar? ¿Cuidar de ti mismo queda en segundo plano debido a las exigencies diarias?

He enseñado meditación a miles de personas. Al inicio de cada clase, pido a los estudiantes examinar cómo se tratan a sí mismos. Muchos dicen que son duros con ellos mismos para satisfacer las demandas de sus vidas o para “hacer las cosas bien”. Mas el enojarse o frustrarse no promueve la meditación, ni ayuda a nadie a tener una vida buena y efectiva.

Les recuerdo a mis estudiantes el mandamiento de amar al prójimo. Todos lo conocemos, mas a menudo pasamos por alto la base de dicho mandamiento: amar al prójimo está intrínsecamente conectado con amarse a sí mismo. Tal vez nunca has pensado en amarte, pero es de vital importancia. El cómo te tratas a ti mismo, incluyendo lo amable y comprensivo que eres contigo, tiene influencia en lo que dices y haces y, sin duda, en lo bien que amas a tu prójimo.

Afortunadamente, una técnica sencilla de meditación basada en el corazón, llamada meditación Amorosa y Bondadosa, puede ayudarte a cultivar una nueva actitud. Esta práctica te ayudará a transformar los pensamientos negativos en comprensión y bondad hacia ti mismo y hacia los demás. He aquí cómo hacerlo:

En primer lugar, elige una frase bondadosa. Utiliza alguna de estas o crea una propia:

• Que esté bien, que sea feliz, que esté libre de sufrimiento.
• Que esté en paz y tranquilo.
• Que esté rodeado de bondad.
• Que esté libre de dolor y sufrimiento.
• Que me sienta seguro, cuidado y amado.

Dedica 20 minutos a tu meditación. Comienza con una mente abierta, y pon todas las expectativas y juicios a un lado.

Siéntate cómodamente y relaja tu cuerpo. Respira naturalmente por la nariz. Pon tu atención en el centro de tu corazón; nota como tu pecho sube y baja.

Permítete sentir lo que estás sintiendo, ya sea físico o emocional. Cuando notes que tu atención divaga, regresa apaciblemente a tu frase.

Piensa en un ser querido, tu hijo, tu padre, tu madre, tu compañero, un amigo. Siente su presencia. En silencio, ofrécele tu frase bondadosa. Imagina, por unos minutos, que la reciben.

Ahora, con la misma intención sincera, ofrécete la frase y recíbela completamente durante unos minutos.

A continuación, identifica a una persona neutral o a alguien que hayas conocido brevemente. Ten presente a esa persona y, por unos minutos, ofrécele la misma comprensión que les ofreciste a los demás.

Identifica a alguien con quien tienes algún problema. Hazte a la idea de su presencia. Por unos minutos, ofrécele comprensión. Si esto es difícil para ti, recuerda, es una práctica.

Identifica cualquier ser vivo que creas que está sufriendo. Tal vez has escuchado de alguien que enfrenta un reto o tragedia. Aunque no los conozcas personalmente, siente su presencia. Ofrécele la misma compasión.

Amplía tu bendición para incluir a las personas en tu entorno inmediato, extendiéndola a tus vecinos, tu ciudad, tu país y toda la Tierra.

Para terminar, regresa la atención a ti mismo y mantén los ojos cerrados por unos minutos. Ábrelos lentamente.

Al practicar esta meditación podrás cultivar mayor bondad, ecuanimidad y compasión para ti y para los demás.

Sarah McLean.

UNIDOS EN EL AMOR, LA LUZ Y EL PODER...
NAMASTÉ

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